Para el desarrollo pleno de un niño es necesario contar con el amor y protección de una familia. Sin embargo, no todos los niños o adolescentes cuentan con esa red de apoyo que los ayude a crecer de manera emocional e intelectual.
De hecho, en su informe anual del 2020 la UNICEF estimó que en México alrededor de 33,000 menores estaban a cargo de un Centro de Asistencia Social; por lo que firmó un acuerdo de cooperación con la fundación Light Shine y el DIF estatal de Chihuahua para fortalecer el Programa de Acogimiento Familiar y ampliarlo de la capital a Ciudad Juárez con lo que se benefició en un año a 74 niños que fueron acogidos en 54 familias.
¿Qué es el Programa de Acogimiento Familiar? Consiste en dar un hogar temporal a niños y adolescentes que se encuentran bajo la tutela del estado en el DIF hasta que se resuelva su situación legal ya sea que por medio de una adopción o que regresen con su familia biológica.
Janeth Tovar es Licenciada en Contaduría Pública y Administración y junto a su esposo e hija decidieron convertirse en una familia de acogida. La primera ocasión acogieron a una pequeña de 5 años y en la segunda a una bebé de 21 días de nacida.
“Algunas personas me han dicho que las pequeñas que han llegado a nuestra familia han tenido mucha suerte; pero yo les digo que en realidad nosotros fuimos los bendecidos, pues han sido experiencias que nos han enseñado mucho. Son niños que han pasado por situaciones adversas y son tan resilientes, tan inteligentes”, comenta Janeth con un brillo en la mirada.
Para poder ser una familia de acogida es necesario pasar por una serie de procedimientos. Primero contactar con la agencia Light Shine, tener una entrevista presencial, llenar una solicitud, pasar varios exámenes y asistir a un curso de preparación. Pueden aplicar tanto matrimonios como personas solteras.
A lo largo del proceso de acogimiento, las familias cuentan con el apoyo de psicólogos y trabajadores sociales que les ayudan a guiarlos en el proceso.
“El proceso de adaptación de los niños no es sencillo por todo lo que ellos están cargando de sus experiencias previas. La verdad es que como familia creas muchas expectativas y al final todo es diferente a como lo pensaste o soñaste. A menudo pensamos que al recibir a tu niño de acogida todo va a encajar y hacer click en una eterna luna de miel pero no es así. Hay que aceptar todo lo que viene con el niño, su historia de vida”, afirma Janeth.
Uno de los principales desafíos que Janeth relata es la dificultad de los niños para expresar sus emociones con palabras, para poder comunicar lo que quieren o necesitan.
“Hay que ingeniárselas para crear apego con los niños; que ellos sientan que no los vas a abandonar y que están en un lugar seguro para que puedan aprender a confiar y a manejar sus emociones como el enojo o la frustración”, explica Janeth.
Janeth también afirma que despedirse de un niño de acogida porque ha encontrado una familia de adopción o porque regresa con su familia biológica es muy doloroso, pero que, aún así, vale la pena.
“Vivir el duelo de la separación de un niño de acogida es muy difícil pero uno puede salir de eso. Imaginar a los niños sin una familia de apoyo es mucho más duro. Además, siendo familia de acogida contribuimos a que los niños estén preparados y no vayan a sufrir una adopción fallida. Para ser una familia de acogida lo principal es querer amar sin restricciones y sin esperar nada a cambio”, asegura Janeth.
Hay muchas otras formas de apoyar a los niños bajo la tutela del estado y a las familias de acogida, consulta con la fundación Light Shine para más información.
